Zeus, es un ser mitológico que encarna a la promiscuidad en persona… Generalmente siempre se enamoraba: “amor a primera vista”, y si no era correspondido, no descansaba hasta tener entre sus brazos a la mujer –hombre o animal- que quisiera.
Quizás, con el tiempo esta imagen promiscua, se fue deteriorando, porque en cada época, las personas, le fueron atribuyendo significantes a este estado según el contexto en que fueron viviendo. Pero, se olvidaron de rescatar qué significaba en la mente de este dios la promiscuidad; obviamente en su mente, esta palabra, ni siquiera existía. Para Zeus, todo era simple amor: cuando se enamoraba –aunque fuera sólo por un día- se entregaba por completo a ese sentimiento, es decir, para él, el amor era tan difícil de explicar con palabras (tópico de lo inefable) que lo expresaba mediante el acto sexual –aunque fuera una expresión sexual bastante bruta, en algunos casos-.
Otro aspecto clave que se debe destacar, es la diferencia obvia entre los dioses y los hombre, Zeus, no concia el sufrimiento, al contrario del los hombres. Si actualmente un hombre( o una mujer) siguen esta imagen promiscua atribuida a Zeus con toda despreocupación como lo hizo él, le traerían nefastas consecuencias como ser victima de variadas enfermedades de transmisión sexual.
Para seguir en la línea de sufrimiento, cabe destacar que, el horror que le puede provocar a una persona al ser engañada por su pareja promiscua es tan doloroso como el ser las víctimas de esta.
Sin embargo, este no es el único antivalor que podemos ver en él; en “Prometeo encadenado” de Ovidio, se nos muestra una imagen bastante deteriorada: se nos muestra como a un dios altamente soberbio, que hacía lo que quería, sin importar los daños que le provocaba a los demás; en este caso, hizo sufrir mucho a Prometeo, mandándolo a encadenar sobre una roca en la cima de un monte. ¿Por qué? Porqué Prometeo le robó el fuego divino para dárselo a los humanos. Este gesto de Prometeo no fue lo que más le molestó a Zeus, sino fue la impotencia que le produjo, al saber que este se burló de él. Pero, como se ha descrito, se han presentado variados antivalores de este personaje mítico, pues estamos acostumbrados a vivir en una sociedad bastante critica y que no valora a primera instancia los buenos actos. Para salir de este rumbo es necesario mostrar algunos valores como por ejemplo: tesón, perseverancia, audacia, esperanza, temple, carisma, liderazgo, etc.… Pero como estos no son el tema de este block, no serán definidos.
Un dios, que esta tan bien posicionado y que tiene tantos files y goza de su máximo apogeo en veneración de la sociedad, difícilmente se le podría imaginar derrocado de su poder. Sin embargo, alguien lo logró, alguien, que no tuvo que hacer nada por las malas –cómo así lo hizo Cronos y el mismo Zeus al tragarse a las amenazas “vivientes”-
Jesús lo derrocó ¿pero cómo, si según la Biblia y la tradición judío-cristiana, este ser, no tiene ninguna ansia de poder? Entonces, ¿cómo lo logró? No es posible que fuera por medio de peleas o guerras, ni nada que fuera pensado ni tramado, sino, que con una nueva ideología, en donde lo más importante, la regla primordial es el amor. Jesús logró que muchos de las personas que admiraban la imagen de Zeus, se olviden
de esta deidad, para que sigan una nueva religión, en la cual, la mayoría de los actos de esta eran juzgados, de tal manera que todo lo hecho por él era signo de repugnancia total, como por ejemplo; el sentido de la venganza e omnipotencia, la soberbia, la venganza, el pasar a llevar a los demás y la promiscuidad. Aquí se tiene que hacer una parada: la promiscuidad; pues es el tema que se convoca en este blog. La promiscuidad es sin duda, es un acto
muy mal juzgado actualmente y que es visto de una manera perjudicial para la humanidad.
En conclusión, este dios creado por la ficción entre las personas de generación en generación, que constituye un mito fundamental de la época, fue “atacado” principalmente por la concepción de su imagen promiscua por Jesús y su doctrina, logró sacarlo de la mente colectiva. Sin embargo hay algo que hasta el día de hoy Jesús no puede lograr: aun no puede hacer que algunas personas sigan esta faceta promiscua sin dejarlo a la vista, pero que está en un secreto a voces.
Zeus, es un mito viviente de la época de Grecia clásica que pudo mostrarles –claro, inconscientemente- a los hombres de ese tiempo, que todo acto traía consecuencias, ya sean benefactoras o desfavorables. Este es el legado fundamental del mito: mostrar cómo el hacer una cosa arrastra a otra. Por ejemplo: sacrificarse y esforzarse mucho por lo que uno quiere, finalmente trae importantes beneficios (esto se refiere a todo lo que Zeus tuvo que hacer para quedarse con el poder del universo). Pero también mostró un lado oscuro; su estado de “constante amante” y las nefastas consecuencias que le trajo…
Su esposa Hera, fue en extremo celosa -¿Cómo no serlo, si su esposo la engañaba con cuanta diosa o mortal que veía?- Por eso, ella también lo engañó, no del modo en que lo hacía Zeus sino, de una manera más vengadora ya raya incluso en la línea de una mujer con deseos de ambición y poder.
El primer engaño fue de tipo sexual: en la guerra de Troya, Hera logra que los griegos recuperen la delantera. ¿Cómo? Distrayendo a Zeus. Hera le dice que se irá a los confines de la tierra fértil, Zeus le cree, pero lo que él no sabe es que ella se embellece con la ayuda de Afrodita para seducirlo como otra diosa. Zeus como es un dios irresistible a las tentaciones, cae en sus redes y ambos hacen el amor sobre una nube dorada en la cima de un monte. No pudo con las seducciones de una mujer ni mucho menos pudo ir en contra de sus deseos pasionales, aún cuando sabía que esto le produciría la distracción en un momento crucial, como lo era manejar la Guerra de Troya.
¿Qué opinaban los griegos de esto? Para ellos, fue lo mejor que pudo haber resultado de un engaño – no sólo porque gracias a esto pudieron recuperar la delantera, sino porque, una vez más, confirmaban que los placeres de la vida deben aceptarlos de buena manera, pues el estado de estar vivo dura muy poco-
Sin embargo la mirada machista de hoy en día –aunque muchos se nieguen a aceptarlo, aún está presente el machismo tanto en la mente del hombre como en la de la mujer- nos permite visualizar esta imagen de Zeus como un ser que no actúa con la mente fría y se deja llevar por los instintos carnales; evento trágicamente malo, sencillamente, caer en las redes de una mujer no es digno de imitar.
En segundo lugar se encuentra el engaño por el poder. Hera reúne a todos los dioses del Olimpo para arrebatarle el poder a Zeus, ¿cuál es el plan? Deciden amarrarlo mientras está dormido y así dejarlo más vulnerable a la hora de arrebatarle el poder, cuando este despierta, se enoja bastante y montado en cólera, da tremendos castigos a los que participaron del plan: mientras que a Hera la cuelga en el cielo con cadenas de oro, a Apolo y Poseidón los obliga a hacer trabajos forzados: construir las “murallas de Troya”.
Hasta aquí no se ve ninguna negligencia por parte de Zeus, pues sólo se está vengando (se tiene que recordar que la venganza antiguamente representaba un valor y un derecho, era de suma importancia para no representar debilidad) Sin embargo, ahora esa sed de venganza es muy mal juzgada, sobretodo en un mundo regido por la religión judío-cristiana. Pero ¿qué se puede decir del castigo que les manda a los seres humanos? Pues, aunque no lo crean los seres humanos, a pesar de no hacer nada, igualmente recibieron su castigo: les mandó un gran sismo y una gran erupción de un volcán. Esto sin duda, en el contexto de antes y ahora es algo que en ningún caso es digno de imitar, esta idea toma mayor fuerza al ver que se desquitó con gente inocente.
El párrafo anterior no tendría sentido si mas allá de destacar el valor y antivalor de Zeus, no se destaca en este la lucha llevada a cabo por la ambición desmedida por el poder; asunto que hoy está en la palestra en todas las áreas competitivas (publicidad, ventas, etc.).
En definitiva, estos dos “episodios” anteriormente explicados, que son más bien llamados, engaños de Zeus por Hera, constituyen un contenido esencial que muestra la audacia de este dios, quien sabe muy bien lo que debe hacer y sin arrepentimientos. Sólo se puede decir que, la única manera en que una persona, actualmente, pueda excusarse de demostrar una instancia de sed de venganza es, demostrando que todo lo que hizo fue por un motivo de fuerza mayor, en ninguno de los casos, argumentando que lo que hizo fue mera satisfacción personal, como lo que hizo Zeus al mandarles terribles castigos a la raza humana. En fin, hay engaños que se pueden evitar, si la manera de comportarse es la “correcta”.
Promiscuidad es el acto en que un ser humano se involucra con muchas personas a nivel sexual. Sin embargo, el tema de esta entrada no es el ser humano promiscuo, sino ver la promiscuidad de Zeus, de qué manera esta se miraba en la Grecia antigua y en la actualidad.
Primero, se debe saber que Zeus se casó por primera vez con Metis, pero se la tragó al saber que daría a luz a un hijo que lo destronaría del poder… ¿Horroroso? Para los hombres de la época no, pues Zeus sólo estaba haciendo lo que su padre inconscientemente le enseñó.
Luego se casó con Hera ¡¿Hera, su hermana?! Sí, Hera su hermana. Actualmente esto es lo que causa asombro, pero no se engañen, pues para la época, esto era normal… Hera, era extremadamente celosa, ¿Pero cómo no serlo, pues su marido la engañaba de mil y un maneras? Zeus violó a Europa metamorfoseado en toro, violó a Leda metamorfoseado en cisne, violó a Ganimedes (un hombre joven y hermoso) metamorfoseado de águila. En fin, son muchas más las violaciones, tantas que llego a tener más de 100 descendientes…
Pero, ¿era esto escandaloso para la época? Pues no. Los griegos se la antigüedad amaban la vida infinitamente, y si gozarla significaba satisfacer sus deseos carnales, lo hacían. Obviamente esto actualmente es mal mirado por el común de las personas, o sea, todo es cuestión de contextos…
¿Por qué esto? Zeus, sabía muy bien lo quería, y con esa alma de líder que lo caracterizaba manejó al antojo a sus hermanos para lograr sus propias ambiciones: sabía que una vez habiéndole quitado el trono a su padre, él quería gobernar el universo.
Ahora bien, en una sociedad tan competitiva como la actual, en pleno siglo XXI, tener el gran don de ser un líder, trae enormes beneficios para cada individuo que lo tiene, sin embargo, para lograr todos sus objetivos, muchas veces se ve obligado a pasar a llevar a los demás -cómo lo hizo Zeus-.